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Ciudad Vieja

La Ciudad Vieja fue el corazón de un territorio mayor, y concentró durante décadas las actividades políticas, administrativas, comerciales y culturales de la ciudad.

Como consecuencia de este pasado, su área interior alberga un rico patrimonio edilicio que, como en ningún otro sector de la ciudad, exhibe toda la variada gama de estilos que caracterizan a Montevideo.

En la Nochebuena del año 1726, el capitán don Pedro Millán llevaba a cabo, por órdenes del entonces gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, el primer acto de delineación de lo que sería el núcleo originario de San Felipe y Santiago de Montevideo.

Razones estratégico-militares la concibieron como el primer asentamiento del frente defensivo de los dominios españoles en el Río de la Plata. La ciudad amurallada tenía un parapeto con batería artillada siguiendo la ribera, y por la parte de tierra, un cordón de murallas que corrían desde el Cubo del Sur –rambla Sur y Treinta y Tres- por la actual calle Brecha, y desde Las Bóvedas y Cubo del Norte aproximadamente por Bartolomé Mitre, confluyendo en la imponente Ciudadela.

El poblado debía funcionar como plaza fuerte dentro del recinto amurallado, en una zona de constantes litigios con los portugueses.

La Ciudadela conformaba una magnífica obra de arquitectura militar cuya piedra fundamental fue presumiblemente colocada en 1742 y finalizada hacia 1780.

El predio donde hoy está la plaza Zabala alojó durante más de un siglo el edificio del Fuerte, construido entre 1766 y 1770, destinado a residencia y oficina de los gobernadores desde el tiempo de los españoles, y luego sede del Poder Ejecutivo.

La serena bahía a los pies del Cerro configuró, desde siempre, un punto geopolítico estratégico para el control del Río de la Plata y el pasaje hacia el Atlántico Sur.

El puerto de Montevideo tiene singular abolengo, con proyecciones que llegaban a las costas de África. En 1776, España creó en Montevideo su gran base naval del Atlántico Sur Occidental, autónoma del virrey de Buenos Aires. Dependiendo directamente del rey, tuvo por función conservar la integridad de la soberanía española.

Hoy, la “Ciudad Vieja” se ha transformado. A su riqueza patrimonial y arquitectónica se le agregan ahora variadas opciones recreativas, culturales y gastronómicas que hacen de este rincón de la ciudad un paseo ineludible.